A cuatro días del Montevideo Cómics: de la Internet y los cuatro vientos

Hola a todos mis vampyritos, ta... ya sé, el título no tiene nada que ver con nada, pero por algún lado tenía que desatar mis frustraciones y la ligó el título (es mejor que lo que ciertos empleados de ciertos lugares han hecho conmigo hoy).

De acuerdo, sí hay una parte que tiene que ver con todo: ¡faltan cuatro días para el Montevideo Cómics!, la convención más grande que tiene Uruguay sobre temas diversos, desde animación hasta manga, de animé a juegos de rol, de películas a libros. Lo cierto es que estoy muy nerviosa, si bien sé que voy a estar en un stand y que mi leit motiv es el contacto con la gente y la venta y firma de ejemplares, sin embargo, dado que soy extremadamente tímida y que mis habilidades sociales rayan en inexistentes, tengo muchísimo miedo de arruinarlo todo. No sabré qué decir ni qué hacer, pero tampoco puedo prepararme para eso, es lo que tiene no saber lo que te espera. Es mi primer año en Montevideo Cómics, dado que en los años anteriores había querido ir pero los parciales me habían impedido hacerlo; por lo tanto no tengo idea de qué esperar.

Sobre la Internet no tengo mucho que decir, salvo que es lenta, algo que me desespera porque tengo que hacer muchas cosas a la vez, (nótese que mientras escribo esto trato de deshacerme de una gran frustración, a la vez que mando un mail, a la vez que hago un trabajo para la facultad, a la vez que leo lo que mis compañeras de equipo me han dejado para que haga el trabajo).

Y de los cuatro vientos... nada, salvo que me gustaría estar en algún lugar templado, (léase, 25 Cº), frente al océano, librándome a alguno de ellos (los cuatro vientos claro).

Es lo que ocurre cuando uno tiene tantas ideas, y muy simples, y tiene todo solucionado... excepto claro que alguien haga esa pequeña parte que uno no puede hacer, y resulta que nadie puede hacerla, sabe hacerla, o entiende cómo hacerla. ¿Qué tan difícil es entender un concepto simple? Aparentemente muy difícil, creo que si pidiera un dragón cruza con nazgûl con un elefante como hermano, la gente entendería muchísimo mejor, y hasta se movilizaría más para conseguirlo. Pero no... nada de ideas simples... ¡Esas confusas cosas que no requieren de ningún pensamiento! ¡Huyan de mí!

En fin, tampoco es el fin del mundo, pero estresa de todas formas. La ineptitud, la incompetencia... y todo eso opacando a tantas personas que luchan por su trabajo cada día y que sí quieren conseguir algo. ¡Rayos! ¡Y cómo duele ser metidos en la misma bolsa!

Saludos a todos, y nos vemos el sábado, ¿no?

¡Que estén bien!